Visité a Norberto y a su esposa Elba, con quienes compartí un momento muy agradable. Ellos estaban interesados en que me acerque a su domicilio para
plantearme la visión que tienen sobre diversas cuestiones que los inquietan, incluso preocupan. Fueron sinceros conmigo y pudieron hacerme ver diversas cosas que, según
ellos, si las mejoramos, nos veremos beneficiados todos. Por supuesto que me comprometí a pensar y proponer soluciones respecto a sus planteos, haciéndoles saber que cada una de sus sugerencias, “suman” y nos permitirán, en la medida de lo posible, cambiar situaciones que afectan a los vecinos.
Seguimos trabajando y tomando nota de lo que se habla en cada encuentro.
Es fundamental escuchar a los vecinos.
¡Gracias Elba y Norberto!